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Un visionario para una visión

  • Equipo de P.E.
  • 17 jul 2019
  • 3 Min. de lectura

¿Qué es una visión estratégica para usted? ¿Estamos pensando lo mismo usted y yo, cuando lo invito a pensar la noción de visión estratégica? Doy por sentado que no, y sin embargo es una diferencia que celebramos, ya que es en estas diferencias que las perspectivas de los distintos individuos se tornan relevantes. Le compartimos la nuestra:


Me gustaría anticiparle una reflexión que surgirá de estas líneas, y que lo puede guiar a su lectura, y es que su visión estratégica no se funda en la información que obtiene o el análisis que haga de ella sino, antes que eso, en qué tipo de visionario ha hecho de usted.


A efectos de ordenar la reflexión que sigue, tomemos como propuesta referirnos a “visión estratégica” como la competencia para interpretar y organizar la información, pensamientos y sentimientos y que permite planificar eficientemente un conjunto de acciones que crean o alinean las metas y objetivos de las personas u organizaciones.


Si cree que está a su alcance crear y desarrollar su visión estratégica, pone instantáneamente en sus manos la posibilidad de imaginar qué amplitud y perspectiva desea tener, tomando como sustento el pensamiento de que para poder materializar algo, es un paso previo el imaginarlo. S. Covey (1989).


Imaginar entonces, nos invita previamente a preguntarnos ¿qué perspectiva queremos tomar para tener la visión más amplia posible?, y es una pregunta que más que ser respondida, la tomaremos como una guía de nuestra exploración estratégica. Ya lo decía A. Einstein, cuando expresó que “los problemas significativos que se presentan ante nosotros no pueden ser resueltos en el mismo nivel de pensamiento en el que fueron creados”. Una nueva invitación entonces es a potenciar, en un nuevo nivel, al visionario que queremos ser. Paso seguido, enfrentándonos a dicho visionario, nuevamente nos planteamos la posibilidad de imaginar cuál sería nuestra visión del visionario que queremos ser y trabajar en ello.


Me podrá decir que en esta búsqueda constante de un nuevo nivel estamos cayendo en cierta versión “organizacional” del “cuento de la buena pipa”, abriendo nuevas preguntas en lugar de plantear alguna respuesta. Solo por eso es que vamos a detenernos en esta última pregunta, ¿Cuál es nuestra visión del visionario que quiero ser?, y dejar nuevos niveles para la conclusión final.

Por qué tomar esta postura, por qué no empezamos por la visión del visionario que queremos ser. Pues bien, porque consideramos que este desarrollo no debe perder la guía de su punto de partida. No es cualquiera el visionario que soy, cuando soy el visionario que necesito. Soy el visionario que plasma su visión en planes y acciones, conectados con las circunstancias y temporalidad en la que se encuentra. El visionario que necesito no es necesariamente parecido al ideal de visionario que quisiera ser. Un ideal de visionario puede entrometerse negativamente entre el que soy, con ideales y paradigmas ajenos, y el que necesito construir para potenciar mis posibilidades.



¿Quiere que le cuente quién es, cuando es el visionario que quiere ser?

No le digo que sí. Le pregunto si quiere que le cuente quién es, cuando es el visionario que quiere ser.



Solo usted puede imaginar su visión de visión estratégica, sólo usted puede imaginarse al visionario que quiere ser. Solo usted puede planificar y ejecutar las acciones necesarias para ser, hacer y tener lo que se propone. El protagonismo toma un papel fundamental en la construcción de la visión estratégica que obtendrá. Como le anticipamos en estas líneas, creemos que su visión estratégica no se funda en la información que obtiene o el análisis que haga de ella sino, antes que eso, en qué tipo de visionario ha hecho de usted.


La creación de lo nuevo, su visionario, no es inmediata, y la transformación no se juega en un solo nivel de pensamiento, acciones o emociones, sino que es un ir y venir entre ellos y entre los diferentes ámbitos en los que juegan. Vemos en la metáfora de una creación artística, una analogía que ayuda a comprender la creación de una visión o de su visionario. La alternancia entre imaginar, accionar, contemplar es constante.


Antes de embarcarse en la planificación estratégica de su vida o su organización, previo a desarrollar la visión estratégica que motorizará dicha planificación, tómese un tiempo para desarrollar quien va a ser cuando desarrolle dicha tarea. Permítase poner el foco en quién está siendo cuando hace lo que hace, y verá ampliado su campo de acción.


Como en el cuento de la buena pipa, lo invitamos a considerar que mucho tiene que ver en la respuesta el giro discursivo que pueda darle. Es nuestro deseo que explorarlo lo lleve a este imaginar, accionar, contemplar sobre ¿Quién es usted cuando es el visionario que desea ser?

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